Cuando te acercas a la Isla de San Simón (conocida también como la Isla de los Monjes, frente a la costa de Redondela (Vigo), ya te sorprende el perfil de estos dos islotes ajardinados, con algunas edificaciones rodeadas de grandes árboles y comunicados por un puente elegante. La historia se remonta a la época de los caballeros templarios, que fundaron aquí un monasterio en el siglo XII.
Su ubicación estratégica la convirtió en un codiciado botín para el corsario Francis Drake y la posterior contienda en la ensenada de Rande dejó la leyenda de tesoros hundidos bajo las aguas. Julio Verne pasó por aquí para ambientar sus “20.000 leguas de viaje submarino”. Más tarde San Simón en convirtió en lazareto donde aislar a enfermos de lepra y cólera y en los años 30 del siglo pasado fue un campo de concentración para 6000 presos republicanos.
Hoy ha cambiado completamente de destino. Su edificio principal es un centro cultural con auditorio y biblioteca y ha sido rebautizada como “Isla del Pensamiento”, pero sigue asombrando que en un lugar tan reducido quepan tantas historias.
