Villacadima

La localidad de Villacadima, que muestra la poderosa torre de su iglesia en medio de un paisaje yermo y frío, ha recuperado tímidamente su población después de atravesar unos años críticos en los que estuvo a punto de convertirse en un caserío fantasma de la sierra de Pela. El origen del pueblo posiblemente es medieval y tras ser habitado por los árabes fue conquistado por Alfonso VI y sometido durante siglos al linaje de los Pachecos, señores de Ayllón. Hasta hace algunas décadas, la población superaba los ciento sesenta habitantes, en medio centenar de casas, y contaban con escuela, cárcel y ayuntamiento. La posterior decadencia del caserío ha puesto en peligro la iglesia parroquial, un sobrio templo románico que fue declarado monumento nacional y en el que destaca muy especialmente la portada, con arquivoltas adornadas con motivos geométricos. A las afueras del pueblo se encuentra el cementerio, acompañado de una sencilla capilla a la que se accede por un tosco atrio.