Sorbas

La estampa de su caserío, que cae a pico sobre el río Aguas, es una de las más peculiares del interior almeriense y ha llevado a que se la bautice como la “Cuenca Chica” por las viviendas que cuelgan de los farallones. Dentro de la villa destaca la iglesia parroquial de Santa María, el palacio del duque de Alba, el renovado teatro Villaespesa y el conjunto de calles estrechas que, en ocasiones llevan hasta espectaculares miradores, como el de la Huerta. En el barrio bajo se pueden ver antiguos hornos árabes destinados a cocer las piezas de algunos alfares, una actividad artesanal que también está asociada al nombre: Sorbas es un topónimo de origen árabe que significa “olla de arena”. La tradición alfarera se ha mantenido durante siglos, y en el siglo XIX había más de veinte fábricas que exportaban su producción a numerosos destinos dentro y fuera de la península.