Sant Llorenç de Balafia

En el centro de la isla, este pueblo ofrece otra buena ocasión para descubrir el paisaje rural ibicenco en estado puro. Bancales, muretes de piedra y las típicas viviendas de arquitectura blanca, con torres de origen árabe, salpican el término, en el que también destaca, cómo no, la iglesia con sus gruesos muros y su patio empedrado. Entre los cultivos también se pueden ver graciosas fuentes y pozos encalados. Muy cerca de Sant Llorenç de Balàfia se asienta el poblado de Balafia, un curioso conjunto de viviendas payesas, protegidas por dos torres defensivas, que forman un enclave muy auténtico y bien preservado. La aldea, integrada por cinco casas y atravesada por una calleja que recorre las construcciones, se amolda a un otero que permitía vigilar las posibles incursiones del corso. En las torres y fachadas hay cruces destinadas a dar mayor protección a sus habitantes.