San Pedro de Cardeña

La fundación del monasterio de San Pedro de Cardeña se remonta al siglo IX y en principio fue un centro espiritual para los benedictinos. Un siglo más tarde sería totalmente destruido por los árabes y sus 200 monjes murieron martirizados. Después de su reconstrucción pasó a jugar un papel destacado en la vida del Cid, ofreciéndole refugio tras ser desterrado de Burgos y convirtiéndose en su lugar de enterramiento, aunque más tarde, ya perdonado, sería trasladado a la capital. El monasterio conserva su sepulcro, una de sus principales joyas junto con el precioso claustro de los Mártires presidido por una fuente de Gil de Siloé. Durante la Guerra Civil se convirtió en un campo de concentración franquista para prisioneros republicanos, en especial de las Brigadas Internacionales. Actualmente cuenta con una zona de hospedería y una tienda con productos monacales, licores y vinos producidos en el mismo monasterio que aún conserva la bodega del s. X, considerada la más antigua del país.