Pineda de la Sierra

Sorprende muy gratamente este pueblo, situado a más de mil metros de altitud  en la Sierra de la Demanda, rodeado de cuatro montes y en un valle bañado por las aguas del Arlanzón. Su fundación parece remontarse al s. X y durante los siglos posteriores alcanzará cierta riqueza gracias a la actividad ganadera, procedente los señoríos y monasterios de la región, que ha dejado su huella en numerosas casas nobles de piedra rojiza arenisca levantadas entre los siglos XVII y XVIII. Las aguas del arroyo de Barrancomalo dividen la villa en dos barrios y sobre le conjunto destaca especialmente la iglesia románica de San Esteban Protomártir, con una bonita galería porticada. El tono rojizo de la piedra y la buena preservación de su arquitectura, son las características más destacadas de esta tranquila localidad que cuenta también con dos ermitas, la de San Pedro y la del Santísimo Cristo, y con los restos de las minas de Cerracín, situadas en el término y de las que se extrajo carbón hasta mediados del siglo pasado.