Molinos

En los años setenta este tranquilo pueblo saltó a los medios tras el hallazgo de una mandíbula del hombre de Cromagnon de hace 25000 años, en unas cuevas cercanas, bautizadas como las Grutas de Cristal. Desde entonces, el atractivo de estas cuevas ha aportado vidilla a esta pintoresca localidad, situada en un paraje recóndito y partida en dos por el profundo barranco de San Nicolás, con puentes que comunican los dos barrios. El paseo por el caserío te conducirá por un pequeño entramado de calles irregulares hasta la plaza Mayor porticada, la cercana iglesia gótica de Nuestra Señora de las Nieves, adornada con curiosas gárgolas, y el Ayuntamiento. En ese recorrido, no pierdas de vista las casonas, los viejos comercios y el edificio de los antiguos lavaderos, reconvertido en un pequeño museo Arqueológico donde se exhibe la “mandíbula de Molinos”, el resto humano de mayor antigüedad descubierto en Aragón. El museo también incluye una muestra de los ecosistemas de la comarca y de sus tradiciones agrícolas y ganaderas.