Javier

Vendimia en el Románico →

Javier, Navarra

El monumental castillo de Javier, datado en el siglo XII, es el principal atractivo de esta localidad fronteriza con Aragón y famosa por ser el lugar natal de San Francisco Javier, objeto de una multitudinaria peregrinación anual, la “javierada”. La fortaleza se levantó inicialmente como torre de vigilancia y fue ampliándose y adquiriendo fines defensivos con el paso de los siglos. En la actualidad llama la atención por sus tres torres, entre las que tiene especial valor la llamada torre de Cristo, en cuyo interior hay una talla gótica de nogal y cuenta con unas pinturas murales que representan la Danza de la Muerte. Adosada al castillo se alza la Basílica, de finales del s. XIX y también merece una visita el cementerio, con antiguas estelas funerarias. El pueblo cuenta además con otro templo, la iglesia parroquial, del s. XV aunque muy reformada y de estilo barroco. A un poco más de un kilómetro, se conserva El Molinaz, un molino medieval, que tradicionalmente se asocia también a la figura del santo.