Foncebadón

El continuo paso de peregrinos que hacen este tramo del Camino de Santiago, tal vez uno de los más duros de la ruta jacobea, es lo único que altera la quietud del pueblo, escasamente habitado. El clima frío y la pobreza del suelo, contribuyeron a la decadencia de la localidad, pese a que en el año 1900 superaba los 200 habitantes. La historia del término está documentada en el año 946, en que se hizo donación de estas tierras al monasterio de Santa María de Tabladillo. Un siglo más tarde, el ermitaño Gaucelmo fundó aquí un albergue de peregrinos y comenzó a surgir el caserío, que creció alrededor del templo de San Salvador. En el s. XIII el pueblo había alcanzado cierta importancia en la ruta jacobea y contaba con cuarenta y tantas casas, una abadía, hospitales y albergues de peregrinos. La iglesia, rehabilitada por los propios peregrinos, exhibe su modesto campanil y la calle principal conduce hacia el alto de Foncebadón y su popular Cruz de Ferro, a la que dedicamos una entrada en esta misma página.