Castrojeriz

A los pies de un monte pelado coronado por un castillo, esta villa jacobea de fundación muy antigua atesora un rico patrimonio. Su nombre procede de Castrum Sigerici, un asentamiento del tiempo de los visigodos. En el s. IX se levantó el castillo, que alcanzó gran importancia en la lucha contra los árabes, hasta el punto de que un siglo más tarde sus habitantes obtuvieron libertad y fueros, que recogían la igualdad entre judíos y cristianos. Actualmente la fortaleza es solo una sombra del pasado pero la población ha adquirido nueva vida gracias a su patrimonio monumental y su situación estratégica en el Camino de Santiago. La ruta jacobea se confunde con la calle principal a la que se asoman unas bonitas fachadas y que bordea la iglesia de San Juan, con base románica y un bonito claustro. Otro de los templos de interés es Santo Domingo, que conserva valiosos retablos. A las afueras del pueblo se pueden ver las ruinas del convento de San Francisco y sobre todo la colegiata de la Virgen del Manzano, del s. XIII, con una fachada adornada por un espectacular rosetón. Su interior, reformado en el s. XVIII, cuenta con piezas notables como el retablo mayor de Mengs, algunos sepulcros y una abigarrada capilla dedicada a la Virgen del Manzano, con una talla del s. XIII que inspiró las cantigas de Alfonso X el Sabio.