Cárcel de Alcolea

La cueva fortificada de Alcolea es uno de los rincones más sorprendentes de la Sierra Norte de Guadalajara, una construcción cuya antigüedad se desconoce y de la que no hay muchos testimonios históricos, aunque se sabe que jugó el papel de cárcel. El interior se reparte en dos plantas, la superior, con la cárcel propiamente dicha y la inferior, con un oscuro calabozo. Las estancias están talladas a pico y comunicadas mediante pasadizos estrechos y una escalera tallada en la piedra. Los ventanucos, con barrotes, dan a un precipicio, lo que hace improbable que nadie lograra escapar de semejante encierro. En el pueblo, también vale la pena que te acerques al templo de San Martín Obispo, con elementos románicos y una espadaña de la que cuelgan dos campanas con nombre propio, La Bárbara y La Martina.