Bedmar

Al pie de la accidentada sierra Mágina, erguida sobre la campiña, destaca el caserío de Bedmar, que ilustra de forma evidente la presencia musulmana en la comarca. De hecho, el paisaje de olivar y huertas que ocupa las vegas data del s. VIII, cuando algunas familias árabes se asentaron en éste y otros pueblos de la sierra. Uno de los rasgos inconfundibles de la localidad es el castillo, que se levantó sobre restos de fortalezas anteriores y fue conquistado por los ejércitos de Fernando III. Más tarde, el pueblo pasó a pertenecer a la Orden de Santiago. Desde el castillo, entramado de casas de Bedemar ofrece un aspecto tranquilo, con su barrio más humilde a los pies de la fortaleza. En la parte baja, por encima de los tejados, destaca la iglesia de la Asunción, con una caprichosa ornamentación renacentista y callejeando por la villa asoman varias fuentes: El Pilarejo, la Rambla, la Carrera… con sus correspondientes “pilares” de aguas frescas.